La Semana Santa ha pasado y probablemente de la manera más triste que podríamos haber imaginado. Nadie pensó en algún momento de su vida que un virus así pudiera aparecer en nuestra historia, en nuestro camino...pero a veces ocurren cosas inesperadas tanto buenas como no tan buenas que nos ayudan a pensar, a sacar lo mejor de nosotros y sobretodo nos dan una lección.
El Covid 19 se ha apoderado de muchas vidas y de nuestra libertad pero jamás se apoderará de nuestro corazón. El Covid 19 nos ha hecho llorar, aplaudir con nuestros vecinos, acercarnos a Dios mucho más que antes, respetar y valorar más a los que nos cuidan.
Estoy segura de que todo esto se va a arreglar y de que prontito nos podremos volver a ver y a abrazar y, ahora, nos daremos cuenta de la importancia de los abrazos, una cosa tan simple que ni siquiera cuesta dinero y que a veces nos olvidamos de ellos. Tenemos que aprender a demostrar más nuestros sentimientos, a decir un TE QUIERO, a abrazar a nuestras familias y espero que cuando nos deje el Covid 19 podamos demostrarlo.
Mucha fuerza. Os quiero mucho y os echo de menos.
Prontito volveremos a BRILLAR.
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